Todo empezó cuando recibí por escrito la devolución de un trabajo final de una materia en la facultad. El profesor me felicitaba por el trabajo, pero lo que más me llamó la atención fue su deseo para mí: “no pierdas esa capacidad que tenés de hacerte preguntas, que te va a llevar muy lejos.”
Cada vez que me encuentro frente a una pregunta en mi camino diario, recuerdo con cariño a este profesor. Él nos mostró y enseñó a trabajar en clase, para su materia, desde un método de conocimiento de un autor llamado Bernard Lonergan, sj (1904-1984). Él propone que el conocimiento no se construye sobre premisas a priori o intuitivas, sino mediante un movimiento heurístico, desde algo desconocido que se hace explícito mediante operaciones cognitivas.
Quiero compartir con ustedes algo de esta experiencia hecha como alumna, con el deseo que puedan practicarla en los pequeños y grandes acontecimientos que les toque vivir y/o acompañar.
Lonergan habla de cuatro niveles de conciencia a partir de los cuales podemos conocer. Es un proceso, no es que elegimos un tipo de nivel, sino que para transformar nuestra realidad, pasamos por los cuatro niveles.
El primer nivel es empírico, donde encontramos “datos” obtenidos por los sujetos que “conocen”. Es el momento donde nos “dejamos tocar” por la experiencia vivida. Acusamos recibo de lo que nos pasó.
El segundo nivel es intelectual. Aquí construimos conceptos nuevos sobre lo que nos ocurrió, sobre lo que experimentamos en el nivel anterior. Esto nos permite un primer acercamiento a organizar “comprensiblemente” los hechos vividos y percibidos en el primer nivel de conciencia.
El tercer nivel es racional. Ahora que entendemos lo que nos sucede, formulamos juicios sobre la verdad o falsedad, bondad o maldad, conveniencia o inconveniencia de la realidad comprendida.
El cuarto y último nivel es el responsable. Es el nivel de mayor grado de implicación que el sujeto puede lograr con la realidad. Es el momento donde se decide tomar una postura ante lo que se experimentó, entendió y evaluó; y desde ahí re-decidir la manera de enjuiciar y actuar ante la experiencia. Y, al llegar a este nivel, como volvemos a preguntarnos, reiniciamos el ciclo.
Podemos decir con Lonergan, que conocer es decidirse por iniciar un proceso que, por abarcar los cuatro niveles, termina en la transformación-conversión de la persona, en la transformación de la realidad.
Como podrán ver, no sólo pasa por hacernos buenas preguntas, sino por desear una transformación a partir de ellas. Y si lo queremos hacer más corto, sería el famoso: “ver, juzgar y actuar”.
Ojalá que al leer esto, alguno de ustedes se “tienten” y se animen a meterse de lleno en este proceso tan lindo e interesante que se nos propone. Es más si alguno quiere, puede compartir su experiencia en el blog.
Confío en esta propuesta porque creo que es una “alternativa”, frente a lo que el mundo actual nos presenta como ya hecho, resuelto, “para no pensar”.
Dejemos que las preguntas invadan nuestras vidas y nos animen a caminar.
Laura
PD: Si alguno es devoto del idioma inglés les dejo un link, donde pueden averiguar más sobre este autor.http://www.bc.edu/bc_org/avp/cas/lonergan/institute/about_Lonergan.html
Cada vez que me encuentro frente a una pregunta en mi camino diario, recuerdo con cariño a este profesor. Él nos mostró y enseñó a trabajar en clase, para su materia, desde un método de conocimiento de un autor llamado Bernard Lonergan, sj (1904-1984). Él propone que el conocimiento no se construye sobre premisas a priori o intuitivas, sino mediante un movimiento heurístico, desde algo desconocido que se hace explícito mediante operaciones cognitivas.
Quiero compartir con ustedes algo de esta experiencia hecha como alumna, con el deseo que puedan practicarla en los pequeños y grandes acontecimientos que les toque vivir y/o acompañar.
Lonergan habla de cuatro niveles de conciencia a partir de los cuales podemos conocer. Es un proceso, no es que elegimos un tipo de nivel, sino que para transformar nuestra realidad, pasamos por los cuatro niveles.
El primer nivel es empírico, donde encontramos “datos” obtenidos por los sujetos que “conocen”. Es el momento donde nos “dejamos tocar” por la experiencia vivida. Acusamos recibo de lo que nos pasó.
El segundo nivel es intelectual. Aquí construimos conceptos nuevos sobre lo que nos ocurrió, sobre lo que experimentamos en el nivel anterior. Esto nos permite un primer acercamiento a organizar “comprensiblemente” los hechos vividos y percibidos en el primer nivel de conciencia.
El tercer nivel es racional. Ahora que entendemos lo que nos sucede, formulamos juicios sobre la verdad o falsedad, bondad o maldad, conveniencia o inconveniencia de la realidad comprendida.
El cuarto y último nivel es el responsable. Es el nivel de mayor grado de implicación que el sujeto puede lograr con la realidad. Es el momento donde se decide tomar una postura ante lo que se experimentó, entendió y evaluó; y desde ahí re-decidir la manera de enjuiciar y actuar ante la experiencia. Y, al llegar a este nivel, como volvemos a preguntarnos, reiniciamos el ciclo.
Podemos decir con Lonergan, que conocer es decidirse por iniciar un proceso que, por abarcar los cuatro niveles, termina en la transformación-conversión de la persona, en la transformación de la realidad.
Como podrán ver, no sólo pasa por hacernos buenas preguntas, sino por desear una transformación a partir de ellas. Y si lo queremos hacer más corto, sería el famoso: “ver, juzgar y actuar”.
Ojalá que al leer esto, alguno de ustedes se “tienten” y se animen a meterse de lleno en este proceso tan lindo e interesante que se nos propone. Es más si alguno quiere, puede compartir su experiencia en el blog.
Confío en esta propuesta porque creo que es una “alternativa”, frente a lo que el mundo actual nos presenta como ya hecho, resuelto, “para no pensar”.
Dejemos que las preguntas invadan nuestras vidas y nos animen a caminar.
Laura
PD: Si alguno es devoto del idioma inglés les dejo un link, donde pueden averiguar más sobre este autor.http://www.bc.edu/bc_org/avp/cas/lonergan/institute/about_Lonergan.html